Abanicos de papel en las aulas, no gracias.

No entremos al trapo del Sr. consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, no nos merece su señoría, ya que si el comentario es inoportuno y claramente reprochable… será porque Usía no de más de sí, y llegados a este punto prefiero siempre pensar eso de «peor para él.

La cuestión es mucho más profunda por estructural y por endémica. No es aire lo que necesitan las aulas de nuestros hijos, es respeto por lo que se hace dentro de ellas. No hay profesión sin carencias, a la vista del mercado huelgan las evidencias; pero ver cómo permanentemente se menosprecia y desvaloriza la labor de los docentes en nuestro país… es por lo menos cuestión de juzgado de guardia.

¿La responsabilidad? Posiblemente de todos, de quienes permitimos que se nos trate como a bobos y de quien a sabiendas lo hace con premeditación y alevosía. No es por el chascarrillo último de los abanicos, sino más bien por la deplorable atención que la educación recibe en nuestro país gobierne quien gobierne, pero a esos gobernantes los elegimos periódicamente de manera consciente y voluntaria. Ellos hacen lo que nosotros permitimos, y quiero creer que no es esto lo que necesitamos ni muchísimo menos los que nos merecemos.

Pedimos igualdad, convivencia, respeto, orden y un poco de condescendencia, pero a cambio nos ofrecen un profundo y sospechoso vacío de recursos, de excusas, de fondos mal utilizados o robados con exquisitos guantes blancos. Pedimos calidad de vida y nos agasajan con noticias depresivas, y claro, nos tienen donde quieren, amedrentados detrás de nuestras pantallas, así nos tratan porque así se lo permitimos, no hay mucho más.

No me preocupa lo que está pasando ni lo que va a pasar, me  preocupa más lo que NO está pasando y lo que nunca nos va a pasar. Si ponemos en fila india a todos los inútiles (pocos se salvarían) que nos han ido precediendo mientras destrozaban nuestro sistema educativo, llegarían de Madrid a Helsinki, capital de nuestra Finlandia tan querida por referida.

No son ni abanicos de papel ni más desprecios lo que queremos. Queremos una enseñanza con visión de futuro, con criterio, con docentes formados “hasta los dientes” dispuestos para el abordaje de nuevas maneras de acercar los contenidos a nuestros hijos. Necesitamos familias formadas para evitar la avalancha de maleducados que tenemos encima. Rogamos que den fin a la vergüenza que suponen las elevadas tasas de abandono escolar. Exigimos, porque nos lo merecemos, centros educativos con recursos tanto humanos como materiales. Demandamos un giro radical en las políticas presupuestarias anteponiendo la inversión en sanidad, educación, deporte y cultura como una inversión absolutamente prioritaria, pero claro, sus señorías tendrán la prioridad en otras miras más rentables que no sean dar argumentos, razonamientos y criterios cívicos a la denostada ciudadanía.

No son los abanicos de papel lo que nos hacen perder el tiempo, son ustedes señores políticos los que nos ignoran constantemente porque no quieren ni saben aportar soluciones, no les debe interesar, porque para salvar el sistema financiero perdieron la calma esquilmando nuestros recursos públicos y así aplacar la furia del terrible déficit europeo. Mentirosos, ladrones de despachos, oportunistas de pasillos… hay de todo, pero las culpas no son del todo suya, que en este barco hay desde almirantes hasta ratones pasando por otras muchas y variadas categorías.

Los abanicos no ofenden, ofende su indiferencia.

No es magia, es educación.

Luis Aretio

 

 

 

6 comentarios en «Abanicos de papel en las aulas, no gracias.»

  1. Magnífica reflexión una vez más Luis.Comparto porque se puede decir más alto pero no más claro. Tienes la habilidad de expresar con palabras los que muchos sentimos por eso creo que triunfas con tus artículos.Gracias pues!

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