Ca(N)sada… y con hijos  

Agotadoras e interminables jornadas, unas más emocionantes que otras, unas más decepcionantes que ilusionantes, y otras, las menos, brillantes, quizás. Eternos quebraderos de cabeza para que todo vaya a mejor e incluso para conformarse a veces con un simple “no ir a peor”. Y no es la agenda de cualquier alto cargo, es la rutina de cualquiera que se dedique a esta maravillosa labor de ser madre, de ser padre.

Cómo olvidar las “noches de las cebollas cortadas” en la mesita de noche para ver si tose menos, o esas guardias con el Apiretal en una mano y el termómetro en la otra, o clavándote el inhalador del Ventolín en la cara porque te ha rendido la hora; esas miradas con rayos equis de corazón a corazón con mil suspiros inimaginables de tanto esfuerzo callado, de tanta duda manoseada sobre si “¿le pasará algo?”

Ser padre… ni es lo mismo ni es igual, el radar del riesgo lo traemos programado de serie con niveles de permisividad muchas veces insoportables, ofrecemos juegos peligrosos por atrevidos, y la inmensa mayoría, cuando duerme, perdón, cuando dormimos, descansamos ignorantes de todo en lo más profundo de “la gruta de los sueños de Morfeo” -un lugar muy muy lejano, de verdad-. Lo sentimos, sentimos no estar a la altura, parece ser que es “biológico”, pero un buen codazo y un “ve a ver por qué llora” rompen muchas barreras de nuestra aparente menor sensible naturaleza.

Afortunadamente la línea de la igualdad ya sabemos donde está, otra cosa es que todo el mundo la quiera seguir, y como no hay más ciego que quien no quiere ver, igual, el método del codazo también puede llegar a servir. Codazo amable, claro.

No es magia, es educación.

Luis Aretio

 

 

6 comentarios en «Ca(N)sada… y con hijos  »

  1. Yo tengo una pierna sujetando a mi incipiente gateador mientras que con una pirueta mortal sin levantarme he salvado el IPad de una caída sin remedio a la vez que con mis cien ojos vigilo que no se trague el recibo de la luz, que ya anda toqueteando. No vamos a estar cansadas? Es porque no hemos tenido formación suficiente para este Alto Cargo. Nos ha fallado la formación circense!. Gracias por plasmar con tan buen humor nuestro día a día. 😉

    1. Muchas gracias María, esa pirueta circense la tendré en cuenta para el futuro. Ser madre es como ser una mujer orquesta, que lo lleváis «todo encima» y además hacéis que suene la melodía exacta. Un abrazo amable.

    1. Gracias Laura. Tienes toda la razón, cada uno de esos «mami te quiero» se convierten en tiritas mágicas que alivian cualquier cansancio y hacen olvidan cualquier dolor. La recompensa de una sonrisa, de un achuchón de una caricia amable pesa más que cualquier «sofocón»… Un abrazo

  2. Y gracias a esas tiritas mágicas!!!gracias a sus sonrisas…a sus medias lenguas. ..a su forma tan simple,pura y bella de ver la vida..lo que nos da las fuerzas para el día siguiente…cuando..ya dormiditos los miramos y la casa por fin,esta en silencio.Gracias Luis,me emocionan tus palabras.

    1. Gracias a ti por compartir esas emociones tan bonitas. Por agotador que a veces resulte esta labor de cuidar y educar a nuestros hijos, la recompensa está siempre por encima de todo, además es la mejor «herencia» que les podemos dar. Un abrazo

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