¡Haz que se quieran, solo quien se quiere puede querer, y nuestros “seres queridos” han de saber quererse para poder querer!
Conviértete en el mejor ejemplo de sinceridad, de respeto hacia ti mismo y hacia los demás; entonces…te querrán, como toda madre o padre desean ser queridos y merecen ser queridos. Pero el riesgo es alto, y amenaza a la autoestima así como al futuro de muchas relaciones. La puesta en escena cada vez demanda mayor nivel de exigencia, ya no basta con ir al parque a jugar, no, ahora nos obligamos a llevar una agenda de ocio imposible de disfrutar, pero intachable de cara a los demás.
Para que tus hijos te quieran haz que aprendan a vivir sin ti, a mirar sin ti, a sentir sin ti, a pensar sin ti, a dar, a recibir, a agradecer y a perdonar, sin ti. Es entonces cuando todo ese afecto se volverá en forma de vínculo indestructible entre tú y tus hijos, es cuando tus hijos sentirán que te has preocupado de enseñarles lo que es la confianza y la seguridad en si mismos, bases indispensables de la famosa autoestima, que no es otra cosa que aprender a afrontar todo tipo de situaciones, incluido el fracaso, a tu lado, pero sin ti.
Luis Aretio.