Infancia y salud mental. Niños portadores de síntomas de adultos.

“El 20 % de los niños tienen problemas de salud mental. El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) ha aumentado un 43%. La depresión en adolescentes ha subido un 37%. La tasa de suicidios ha crecido un 200% en niños de 10 a 14 años”.* 

¿Esto tiene algún sentido?

Los síntomas son demoledores. Hijos agresivos, depresivos, acelerados, rotos y sin sentido; algunos tanto que ya no lo soportan más y ahogados en su angustia deciden quitarse la vida en soledad, sin más. Los casos violencia filioparental (agresiones de hijos a padres y madres) se han disparado un 230% en los últimos cuatro años.

Sin embargo no se observa un estado de preocupación real en las familias, en los colegios ni en los medios de comunicación. No se respira un ambiente de tragedia más allá de las virales reacciones que provocan aquellos casos de acoso escolar que terminan en vejaciones o suicidio; unos días de agitación en las redes sociales y en los informativos y poco más.

La vida no nos regala nada y, para colmo, le añadimos un extra de dificultad absorbiendo modelos de vida nocivos, desadaptativos y estresantes. Las consultas de psicología infantil están repletas de niños y niñas que no encuentran “su sitio”. Los más sensibles están todos agobiados queriendo ocultar su estigma de debilidad; todos angustiados de poder ser agredidos o rechazados por «no ser como los demás”.

Tanta tecnología nos está anulando; en lugar de comunicarnos nos exhibimos tras dudosos perfiles sociales. Nos quejamos al ver niños enganchados a las maquinitas, pero el ejemplo que estamos dando los adultos no tiene desperdicio, estamos absolutamente todo el día admirando nuestros magníficos móviles. ¿Qué se supone que deben hacer ellos? ¿Lo contrario de lo que nos ven hacer?

Seamos razonables, no debemos permitir que nuestras generaciones paguen la factura de nuestra falta de criterio, esto es una chapuza paradigmática y existencial donde nuestros hijos acaban convertidos en portadores de nuestros síntomas. Los recursos para educar a quienes más lo necesitan, a las familias, son inexistentes por irrelevantes; los centros educativos están mal dotados y sus docentes maltratados en todos los sentidos. ¿A quién queremos engañar?

En el tramo horario de máxima audiencia, el famoso prime time, casi todo es basura o series de ficción, y cuanto más retorcidas y raras mejor, y si son violentas también, más audiencia. Los programas infantiles destacan por ser casi todos iguales, carentes de ideas creativas que aporten algo más que ensimismamiento. Los concursos están todos basados en la competitividad, la fama del talento y la gloria que nunca ha de llegar (salvo para algunos extenuados «angelitos» convertidos en nómadas de estudios de televisión). Al cine que nos ofrecen le pasa igual, es triste que no salgan del mismo cliché una y otra vez salvo en contadas excepciones. Y lo de los vídeojuegos para niños y adultos ya es obsceno.

Seamos coherentes. Lo que está pasando con la salud mental de nuestros hijos es sólo el reflejo de todo lo que nos están ofreciendo como estilo de vida, y está en juego el estado de salud de esos futuros adultos que luego serán ellos. Provoquemos un cambio radical en nuestros criterios familiares, pedagógicos, sociales y culturales. No se trata de irnos al otro extremo, se trata de educar para la felicidad basándola en Ser, no en Tener como les interesa a quienes generan grandes beneficios a costa de la salud de nuestros hijos.

Su salud es el reflejo de la nuestra, y si nosotros estamos cada vez más enfermos, ellos también.

No es magia, es educación.

Luis Aretio

* fuente: elmundo.es

4 comentarios en «Infancia y salud mental. Niños portadores de síntomas de adultos.»

  1. Luis es atronadora tu crónica de hoy, voy a compartirla con tu permiso. Estamos ciegos y no deseamos ver. Cuando leo los porcentajes que nos indicas, no puedo por menos que estremecerme y dar gracias porque mis hijos no son así. Pero no debo bajar la guardia, sé que necesitan tiempo y apoyo emocional. La sociedad cada día se parece más a una selva desértica.

    Muchas gracias por ilustrarnos. Sé feliz.

  2. Es aterrador y cuanta razón llevas, por desgracia yo he sentido eso, ese maltrato x un hijo con esa enfermedad, que hoy a su edad lo sigue haciendo, y no tubo ayuda, a sus 24 años no se que será de el

  3. Gracias por ponerle palabras escritas a todos lo que hay en mi cabeza, de manera desordenada, siendo arrastrada por tanta locura hasta sentirme incapaz de expresarlo. Gracias.

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