Los hijos ante la separación: no es sólo miedo, es soledad…

La separación, un camino de sospechas, conjeturas y dudas hacia un mundo no conocido, diferente; no es sólo un salto al vacío sin red donde caer ni arnés de seguridad que lo impida. Un precipicio, una sima, el abismo más profundo; un enfrentarse al mundo más desnudos que nunca, incluso más que antes de nacer. Una tormenta sin paraguas donde la lluvia sabe a lágrimas de rabia y de dolor…

Qué más da, algunos son muy pequeños y no se enteran de nada. El menosprecio añadido de este tipo de afirmaciones lo es porque pretenden solamente amortiguar la defectuosa carga moral de los ¿adultos? que piensan así, despectivamente. Las emociones de nuestros hijos son tan importantes o más importantes que la de los demás, no son tan elaboradas ni pretenden seducir o manipular a nadie, tan sólo expresan sin tapujos lo que sienten y viven, el dolor, su dolor, y muchas veces el dolor añadido de sospechar que todo lo que les ocurre lo es por su culpa o existencia.

La Fantasía de Reagrupación hacia sus padres biológicos les acompañará durante diferentes momentos de sus vidas, a algunos durante toda la vida, porque desde su visión de persona engendrada por el supuesto amor de sus progenitores, necesitan sentir y experimentar que en algún momento de su existencia han sido queridos, deseados y respetados por aquellos que decidieron traerles a este mundo.

“Cada día es más normal que los padres se divorcien, ya no es como antes”. Otro “mal de muchos y consuelo de tontos”, pues lo que para la sociedad puede llegar a justificarse como normal, a nuestros hijos les importa poco, muy poco, o absolutamente nada. Cada día hay más fallecidos por cáncer, cosa que no consuela a nadie, ¿por qué creemos que a nuestros hijos no les va afectar su dolor de saberse no queridos?

Es un amor parcelado, ahora con mamá, ahora con papá, ahora con unos abuelos y luego con los otros…; es difícil dar con la “tecla” para hacerlo bien, porque la actitud más adecuada vive escondida detrás de un montón de emociones a veces coherentes, pero a veces, demasiadas veces, indecentes por inconsecuentes.

Hay que NO querer mucho a cualquier hijo para decidir joderle la vida para siempre, y no queremos decir que haya que soportarse a costa de todo como parejas indisolubles, sino que ante el abismo de la separación, seamos tanto madres como padres su mejor mecanismo de defensa y protección, seamos su cuerda de seguridad y su mejor seguro de vida.

No es magia, es educación.

Luis Aretio

3 comentarios en «Los hijos ante la separación: no es sólo miedo, es soledad…»

  1. No puedo estar en mayor desacuerdo. Quien presupone que son hijos no queridos??? No tengo ni tiempo, ni ganas de revatir punto por punto, sólo puedo decir que es un artìculo falso, carente d verdad y base cientifica que lo avale. Y hablo desde la más profunda experiencia.

    1. Gracias M Jose, aceptamos todo tipo de críticas. No se presupone nada, cuando se habla de No queridos es por cómo se les llega a mal-tratar al ignorar sus necesidades elementales por parte de algunos progenitores, por supuesto que no en todos los casos, nunca se generaliza.
      Un saludo.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.