Los otros Ninis: ni normas ni límites.

Los Ninis más conocidos son personas que ni estudian ni trabajan, unos porque no han podido o porque no han sabido y otros porque, tal vez alguien (llámese su familia), se lo han permitido. Pero hay una subcategoría que preocupa tanto o más, porque éstos sí pueden que tengan estudios, e incluso que trabajen, son unos Ninis diferentes, estos no tienen porque no han recibido ni normas ni límites.

Los verás por la calle, en los parques, en las rotondas, por las piscinas, en las escuelas, por las grandes superficies, en un garaje o en la sala de espera de cualquier hospital, los verás por todos lados. Son maleducados por defecto, no respetan ni saben qué es eso, no esperan, no se cortan, insultan, amenazan, agreden, y mejor no cruzarnos con ellos, son tremendamente imprevisibles.

Son la penúltima generación perdida, el resultado del fracaso de la educación más elemental, son hijos malcriados, sobreprotegidos, víctimas de la moda de “no le riño porque quiero que me quiera” o esa otra afirmación tan equivocada de “no le riño para que no se frustre”. Son la consecuencia de padres y madres desorientados, son hijos sobrealimentados por un extraño falso ego, tocados por la mano de un dios Narciso equivocado, son engreídos, desafiantes,… confundidos por una educación estéril, hueca, sin normas ni castigos, sin apenas moral ni ética; perdidos vagan por el mundo sin pena ni gloria, pero eso sí, haciendo mucho ruido.

Estos Ninis, como algunos producen y cotizan, preocupan menos, pero son los que nos roban la calma, son los que sus hijos revientan las aulas de infantil, son los nuevos cachorros de Nini; su lema es “yo primero, yo segundo y yo tercero”, son los que abusan de los recursos públicos y se creen los reyes del mambo.

Son los que nos alejan cada vez más de ser un país civilizado, respetuoso y educado, son nuestra peor etiqueta, nuestro defecto más desarrollado.

Yo también quiero ser Nini, pero de “ni me callo ni me conformo”. La culpa no es de ellos, es de todos, pero sobre todo de sus padres por no haber sido capaces de entender cuáles son las necesidades reales de cada uno de sus hijos, dando prioridad a su fantasía más pobre, la de educar en un falso y amargo bienestar, eso creían. Hagamos algo, eduquemos a las nuevas generaciones de padres y madres para que, quizás cuando pasen 20 años, regeneremos nuestra sociedad de personas más amables y empáticas, de ciudadanos responsables y productivos, de jóvenes que se saben respetar y aceptar, en definitiva, un mundo más razonable.

No es magia, es educación.

Luis Aretio

14 comentarios en «Los otros Ninis: ni normas ni límites.»

  1. Me alegra tanto llegar a casa y encontrarme con este post, es absolutamente estupendo fantástico gracias Luis una vez más por regalarnos tus palabras, creemos una sociedad más empatica más generosa y más educada . Gracias

    1. Con personas como tú seguro que resulta más fácil «darle la vuelta» a esto. Muchísimas gracias, tus palabras son alas para continuar. Así da gusto.

  2. Buen articulo, yo lo publicaría en la portada de El Pais por ejemplo…..con letras MUY GRANDES para que se enteraran todos……y los que educan mas…..me gusta lo que escribes

    1. Fefa, gracias por pensar en grande, todo se andará, mientras…. «ni nos callamos ni nos conformamos» que hay mucho por hacer con tanto Nini suelto. Vuelve cuando quieras 🙂

  3. Pues fantástico post como siempre y después de nuestra sesión presencial de hoy. Esperemos que haya muchos padres y madres que ni se conformen ni se callen y que seamos capaces entre todos de educar a una generación mejor, siempre mejor.. Un saludito.

    1. Gracias por tu comentario y por tus palabras Patricia, es cuestión de cambiar el enfoque y educarnos como padres y madres para educar mejor a nuestros hijos… todos nos merecemos una sociedad mejor educada. Un saludo

  4. Desde luego Luis que estos son otra generación de Ninis!
    Quizás estos Ninis lleguen a ser así por estar sobrados de todo…por no conocer el valor del esfuerzo y la lucha diaria…por muchas cosas…pero todo eso no está reñido con la EDUCACIÓN. Uno es grosero, violento, maleducado…porque nunca le pusieron límites…y eso no va acompañado de títulos..ni estudios de ningún tipo…La educacion se fragua en el seno de la familia…en el saber convivir…respetar al otro…en el valorar todo hasta los pequeños detalles del día a día…Y siento decir que cuando eso falla…falla todo lo demás…por mucho dinero, estudios o bienes materiales que se tengan…Cuando uno no siembra abundancia nunca la consechará…y me refiero a abundancia de valores…de afecto…de honestidad…
    Ojalá esta sociedad en la que vivimos se diera cuenta de que es más importante ser una buena persona que tener Master en lo que sea…Apostemos por lo esencial…que como nos dijo el Principito…es invisible a los ojos, pero que cuando no está se nota!

  5. Gracias Marta, me encanta la referencia última al Principito, es tan obvio que se hace invisible… sólo para quien quiere y sabe ver. Tengo fe en las personas y en la capacidad de cambiar las cosas, porque aunque a veces todo parezca dominado por la más absurda sinrazón, somos muchos los que queremos hacer de esta sociedad algo más amable y sobre todo respetable, que es donde más carencias tenemos, y cuantos más seamos pues mejor que mejor. Un saludo, y gracias por compartir tus inquietudes.

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