Mi Primera Confusión. La Comunión es otra cosa.

Pronto arranca el mes de las «primeras confusiones», sí, tal cual, y no lo digo precisamente porque se crea o se deje de creer en lo que se está haciendo. Recibir la comunión es un acto de fe, una forma de afrontar la vida espiritual, familiar y social. Una decisión basada en una creencia religiosa, una actitud ante los demás.

Confusión es lo que experimentan los niños cuando de todo, lo más importante es la amalgama de regalos que pueden llegar a recibir y el esfuerzo, en la mayoría de los casos, que supone para las familias semejante despliegue de medios para celebrar un acto tan humilde como el que realmente representa.

Se nos ha ido la mano un poco. “Los bautizos se han convertido en comuniones, las comuniones en bodas y las bodas, en la entrega de los Oscar…”.

Es la confusión de la prioridad por satisfacer las necesidades más materiales; el regalo por el regalo o el sobre con dinero, la abundancia y la ostentación. ¿Aportan algo? Si queremos que nuestros hijos sean felices, ¿de verdad que este es el camino adecuado? Celebramos la fe en la iglesia como el que celebra que ha llegado la feria de su pueblo, pero con un poco más de glamour, si procede, claro.

Rescatemos el sentido común pues creo que casi todo, en una medida justa, es razonable y necesario. Es como los cumpleaños, que generan una montaña de plástico y papel difícil de digerir, sobre todo por el impacto negativo que genera en nuestros hijos la creencia de que crecer es igual a acaparar cosas que apenas tienen tiempo para disfrutar y que saturan las estanterías de nuestras casas.

Hay familias que celebran un evento especial (viaje, fiesta, etc.) con sus hijos para que también tengan una fiesta como la de sus amigos que sí han hecho la comunión, para que no se sientan mal; y es tan respetable como todo lo demás, pero:

¿La necesidad es de nuestros hijos, o es nuestra?

No es magia, es educación.

Luis Aretio

17 comentarios en «Mi Primera Confusión. La Comunión es otra cosa.»

  1. Esto es algo sobre lo que pienso muchas veces. Sobre todo me pregunto cómo se sentirán mis hijos si me desmarco de todo esto, ya que, a veces, ellos me han llegado a preguntar «mami, ¿por qué eres así?» Al darse cuenta de que hay cosas en las que no participo aunque la mayoría sí lo haga. Y la pregunta con la que terminas este artículo me ha gustado mucho, porque cuando te das cuenta de para qué haces una cosa empiezas a ver con más claridad

    1. Gracias por tu comentario Clara; educar a nuestros hijos es ofrecerles un criterio, no es hacerles sentir felices en todo momento. Muchas veces no entendíamos porqué nuestros padres tomaban ciertas decisiones, y pensábamos que eran los peores padres del mundo por no darnos lo que les pedíamos, y han tenido que pasar muchos años hasta llegar a valorar, comprender y entender el por qué se hacían las cosas «de otra manera», sin seguir convencionalismos ni modas. No te preocupes tanto por cómo se sienten ahora tus hijos, sino por cómo se sentirán en un futuro si crecen con los criterios o valores de «los demás».

  2. El centro de la primera comunión es la comunión misma, lo acompañamos de otra celebración más profana, más social, de acuerdo, pero sin pasarnos, algo que nos haga apoyar la celebración central, si no, nos perdemos. Si a lo largo de este periodo preparatorio el énfasis está en buscar traje y restaurante, ya nos estamos alejando del centro de la cuestión. Es bastante fácil caer, bastante difícil mantenerse en la austeridad. En otros países celebran la fiesta de los 15 años. La primera comunión es una celebración religiosa.
    Gracias Luis por el artículo

    1. Nuestra prioridad es en definitiva la que marca cualquier decisión que tomamos, y hoy se entiende como un acto social que ha ido desplazando al acto religioso o espiritual. Que me llamen raro, pero si es por ser coherente o consecuente con mis criterios… ¡que me llamen raro!. Gracias por tu comentario y por darle un par de vueltas a esto de educar con criterio. Vuelve cuando quieras por aquí.

  3. Pues yo tengo dos hijas mellizas y ni bautizo ni comunión. Desde el respeto que siento hacia las creencias religiosas , que aunque son el origen del asunto del que hablamos se quedan poco menos que en la papelera de reciclaje ( desechadas pero rescatables si es necesario tirar de ellas ). Y en ningún momento lo han echado de menos ninguna de las dos.
    Totalmente de acuerdo con el contenido del artículo.

    1. La práctica religiosa poco tiene que ver con la fe y con la vivencia espiritual que supone realmente. Cada quién que actúe como crea o como quiera al respecto, pero no confundamos más a los niños con tanto despropósito y tanta parafernalia social anacrónica y desfasada. Así nos va, así les va…. Gracias por comentar y sobre todo por conectar con la idea. Saludos concienzudos

    1. Gracias M. del Carmen, estoy de acuerdo contigo, en cierta forma muchos estamos de acuerdo en muchas cosas, pero a veces creo que necesitamos encontrar esa misma opinión no expresada aún en los demás para sentirnos al menos un poco más comprendidos. Pensamos igual, pero si no lo expresamos, no lo sabemos.
      Un saludo compartido… y hasta pronto!

  4. Muy buen comentario,pero siento que también los padres tenemos que hacer que nuestros hijos tengan los pies en la tierra pero no solo con las comuniones ,algunos no son católicos y no tienen estos gastos o fiesta pero bien que derrochan por otro lado, a lo que me refiero es que cada familia tiene sus circunstancoas y su forma de hacer las cosas,en mi caso soy catequista y la religión no sólo se queda en hacer la comunión ,intentó que mis hijos ayuden,y tengan empatía cosa que es muy difícil hoy en día. A lo que iba en mi caso por circunstancias la comunión de mi hijo hizo que nos juntáramos toda la familia que pocas veces sucede y hablo hermanos de los abuelos también ,les hacía ilusión a sus anhelos y fue un momento de reunión maravilloso 110 invitados ,os parecerá una barbaridad ,claro todo esto con ayuda de los abuelos ,nosotros no podríamos con ese gasto y no pediría un préstamo para eso,pero la idea que se me ocurrió para que mi hijo supiera lo que estaba haciendo ,aparte de que la ceremonia religiosa fue hermosa y en la que participó ,también recibió regalos pero de su edad se lo dige a los invitados ,bicicleta ,patinete balón de fútbol etc aún así varios invitados le dieron dinero y lo que hicimos fue contactar con aladina y dono cantidad de ese dinero para la uci del hospital niño Jesus ,fue hermoso y lo comento a todos sus invitados para cooperar ,yo quise que supiera que la suerte que el tiene ,la transforme en suerte para los demás .
    Por eso digo los encargados de que los niños sepan lo que están haciendo es nuestra ,mi hijo ahora continúa con un grupo que ayuda a niños,ancianos ,niños discapacitados etc y eso es alimento del alma .
    Con lo que si no puedo ,es con la gente que hace la comunión y no vuelve a pisar una iglesia ,por puro trámite .

  5. Uf! Crei que era la única que cuando hice el bautizo de mi niña sólo hice una cena con los abuelos y los tios y de mi segundo hijo una merienda con una tarta, aún le queda algunos años y no sabe si hará su primera comunión, lo que tengo claro en caso de que quiera hacerla que le haré una celebración sencilla, pero ya cuando lo comento me miran con cara rara.

  6. Totalmente de acuerdo en cada una de las palabras que has plasmado. A mi hijo le «tocaría» hacerla este año, va a un colegio católico y ha decidido no hacerla (con nuestro apoyo) no le he preguntado la razón, la verdad, pero supongo que si en un futuro se lo plantea y quiere hacerla porque la fé le cautiva, no encuentre problema. De momento, se centran en la parafernalia, y yo no puedo sentirme más orgullosa porque me diga que no le hacen falta fiestas o regalazo. Así que parece que es el mensaje que se transmiten entre ellos, por lo tanto, o padres o catequistas, alguien lo estamos haciendo mal. Enhorabuena

  7. Vivimos en una sociedad en la que nuestro nivel de autoestima se mide por las cosas que podamos comprar,las fiestas que podamos preparar y lo que podamos demostrar a lo demás……lamentablemente.
    Y eso mismo enséñamos a nuestros hijos.

  8. ay me has leído la mente. estoy tan de acuerdo con todo lo que dices. Lo que me flipa son los regalos que se hacen…una wii, playstation, dinero. los valores se han ido al garete. Mi hija mayor, q todavia no tomo su comunión, queria tomarla solo para recibir una play!!!: eso después de ir a las comuniones de sus primos. bueno y las celebraciones…ni que fueran bodas. Cuando tome la comunion, en Argentina hace mucho ya, mis padres hicieron una barbacoa en casa. tampoco recibi una bicicleta. y las amigas que vinieron me acuerdo que te regalaban alguna medallita, o una cruz p colgar…algo relacionado con una comunion. porque ya me dirán que sentido tiene regalar una bici o una wii. en fin, el tema me indigna!!!

  9. Estoy de acuerdo con el artículo.Es la batalla de sacerdotesycatequistas.el materialismo con se educa a los hijos es de un daño que no se puede explicar.
    Pero cuidado los padres que preguntáis o detectáis que vuestros hijos no desean recibir al Señor Jesucristo en el sacramento de la Eucaristía. Si para los padres Jesucristo es el fundamento de vuestra vida y el centro de la vida familiar y el Amor de vuestros amores, si la Eucaristía es vuestro sustento vital,El Niño lo percibe y claro que querrá comulgar.

  10. Muy de acuerdo con el artículo. En nuestras vidas fue un acto muy importante. En mi caso lo que más me gustó y sentí fue comulgar junto a ellos todos los domingos o días que vamos a misa.

  11. Estoy totalmente de acuerdo con el daño que se hace a los niños, cuanto mayor es la fiesta, menor es la ilusión de recibir a Jesús. Es difícil enfrentarse a lo que la sociedad impone, pero, hay que entender que la sociedad la formamos las personas. Hay que ser valiente y celebrar la Primera Comunión con austeridad, en familia.

  12. Es consumismo puro y duro. No solo la primera comunión; cualquier pretexto es válido para que los padres den a los hijos lo que ellos no pudieron tener en su infancia. A ver si nos enteramos que EL MEJOR REGALO que les podemos dar es educarlos con AMOR, y eso no se compra con dinero. Mis hijos, que ya son adultos, lo que más agradecen es que siempre estuvimos y siempre estaremos, aún cuando desaparezcamos, a pesar de que no les dimos todo lo que nos pidieron.

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