No es por el oficio, ni tan siquiera por la dedicación, es por la magia que surge en la relación de los nietos y sus abuelos. Y yo de mayor quiero disfrutar de esas carcajadas, de esa complicidad que nace desde la incondicional admiración que se expresan entre ellos. De mayor, quiero que mis nietos me hagan reír por nada, me pidan caprichos posibles o imposibles, quiero que el brillo de la pupila me brille como a ellos, no pido más, solo eso.
Algunos de nuestros hijos a veces pasan más tiempo bajo el cuidado de los abuelos que de sus padres; los abuelos se convierten en una extensión de nuestro tiempo, y nos regalan sus atenciones con su mejor sonrisa, dejando atrás sus obligaciones o aficiones con tal de que a sus nietos “no les falte de nada”, y aunque algunas veces les cueste, no se les nota, tienen ese don de la entrega, de la ofrenda en muchos casos a cambio de poco o de nada, de ver sonreír y jugar a sus nietos, de disfrutar alma con alma.
Yo de mayor quiero ser abuelo, un abuelo querido y respetado por el cariño del paso del tiempo, por la nostalgia de un “hola con un beso”, de un adiós con la pena escondida del “hasta luego” que siempre se antoja eterno. Y yo creceré, y repetiré vuestras mejores lecciones y consejos que me disteis y que yo para mis hijos quiero, y les diré eso de “cuánta razón tenían mi madre y mi padre”, por insistir a diestro y siniestro, por soportar mis errores y por elogiar mis aciertos.
Gracias abuelos, por vuestro cariño, vuestro tesón y vuestros desvelos.
Precioso. Una vez más me he emocionado con tus palabras…gracias Luis por regalarnos estos momentos tan dulces.
Ha sido un pequeño homenaje a esos seres amorosos y cariñosos de nuestros abuelos…gracias por compartir esa bonita emoción.
Precioso Cano! Merecido y emocionante homenaje! Ay! Qué envidia (de la mala) de aquellos que aún tienen abuelos y de los que tienen cerca a los de sus hijos…
Las dos distancias son muy duras, la emocional por la pérdida de dejar de ser sus nietos, y la geográfica por lo lejos que quedan los abrazos. Gracias por emocionarte con mis palabras.
Cuanto daria x q mi hija tuviera a los suyos (mis padres) a su lado!!
Solo pudieron disfrutar 5 de sus 7 años q tiene, pero lo dieron todo……..
Lo peor, explicarle a ella xq no iba a ver mas a su abuela y a los tres dias…a su abuelo tampoco……
De eso hace casi 2 años y hace poco me pregunto: mami, cuando voy a volver a ver a los abuelos…….
Mi padre solo conoció el primer año de vida de mi hija, ella no lo recuerda, claro, pero he conseguido que siempre que hablemos del abuelo Agustín lo hagamos con una sonrisa, le cuento las cosas más divertidas y se «troncha»…Con siete años tu hija ya entiende el ciclo de la vida y la muerte, por eso quizás lo pregunta y puede ser su forma de expresar el sentimiento que esa pérdida le genera. Un abrazo y gracias por seguir nuestras publicaciones.