El acoso escolar y los niños sensibles.

“Aquí no te queremos. Que levante la mano quien quiera que se quede éste. Eso dijo el líder; y nadie, ni quien yo creía hasta ahora que era mi único amigo, nadie levantó la mano. Me dolió tanto que me quedé paralizado, disimulando no reaccionar, como si realmente no me importara, pero por dentro estaba echo polvo.

Yo sé que no soy como ellos, pero tampoco les hago nada malo como para que me odien y me amarguen la vida, yo sólo quiero estar con ellos y no entiendo por qué me rechazan siempre”. (Narrado por un niño de 11 años en mi consulta).

“Yo esperaba que mi amigo me defendiera, que diera la cara por mí, pero solo pude ver su cara de miedo a ser rechazado por ayudarme”. Es la soledad total de la víctima, el último lugar donde los adultos miramos; es un espacio de dolor sordo, un sentimiento de vacío del que no quieres hablar para ver si así desaparece, para esperar ese ansiado día de que le dejen en paz definitivamente.

Los niños sensibles no buscan ayuda ni refugio, se solapan en lugares discretos y se esperan a que las clases continúen con la esperanza de que mientras están con algún adulto nadie les va a molestar. Los niños sensibles suelen pasar desapercibidos, porque son invisibles a los ojos de quienes no los quieren ver. Se vuelven retraídos, escurridizos, en casa disimulan por miedo o por vergüenza, pero como suelen ser niños etiquetados de tímidos o introvertidos, no suelen despertar demasiadas sospechas de que algo vaya mal, y los hacemos invisibles entre todos.

Los niños sensibles se perciben a sí mismos como débiles, su sensitividad es su talón de Aquiles, pero cuando con ayuda les haces ver que ser así no es mejor ni peor, que ser sensible también tiene grandes ventajas, que cuando disfrutan y se sienten bien, pocas personas les superan, que quienes se pierden todo esto que ellos sienten son precisamente quienes les rechazan y agreden; es entonces cuando se enciende una llama que les protege de la sórdida y absurda actitud de los demás.

Los niños sensibles son curiosos por naturaleza, se interesan por los demás, descubren, comprenden y conocen la realidad desde una capacidad de análisis superior al resto; buscan una armonía entre lo que sienten y lo que hacen, no quieren destacar por discreción y sencillez, saben estar en cada momento, hacen esfuerzos porque saben que es su responsabilidad, son niños y niñas que por ser sensibles les cuesta más que al resto encontrar su lugar entre los demás.

El acoso escolar se genera hacia colectivos altamente vulnerables, y los niños sensibles pertenecen a ese frágil grupo. Les evitaríamos grandes problemas si fuéramos capaces de interesarnos por identificarlos en casa y sobre todo en la escuela , donde poder hacer un seguimiento de cómo se relacionan en los espacios comunes donde la mirada de los adultos no llega. Establecer una comunicación directa entre los tutores y la familia aunque  simplemente sea para confirmar que todo va bien.

El acoso escolar no se soluciona con campañas más o menos eficaces desde los medios de comunicación, también es necesario un escudo real de protección, una red eficaz de prevención, en cada aula, en los espacios muertos, en los recreos, en los comedores, en los alrededores de los colegios e incluso en los desplazamientos. El acoso escolar se combate con algo más que charlas grupales o vídeos populares. Necesitamos despertar una conciencia de apoyo y respeto para la convivencia, demostrar que somos más quienes defendemos que quienes agreden, que somos más y mucho mejores que ellos.

Miremos con la intención de encontrar a esos niños y niñas sensibles que están deseando dejar de ser invisibles.

No es magia, es educación.

Luis Aretio

2 comentarios en «El acoso escolar y los niños sensibles.»

  1. Gracias por este artículo, creo que describe muy bien cómo puede ser el día a día en la escuela de un NAS. Y estoy de acuerdo contigo en que no se soluciona sólo con charlas. Hay que pasar a la acción, detectar a esos niños y niñas que puedan ser objeto de «bullying» (sean o no altamente sensibles) para protegerlos y trabajar con profesores y con las familias implicadas para hacerle frente. Un saludo.

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